No están maduras...

Mi cita de previsible tensión sexual ha tenido la misma tensión sexual que un viaje del Imserso.

Eso sí, charlita maja, refresquito en bar chulo, unas cuantas risas, unas cuantas quejas sobre la injusticia global del mundo mundial, la promesa de volver a vernos un día de estos y poco más. Nada destacable más que eso, el ir a tomar algo con un amigo.

Y como esperaba, esto me ha decepcionado un poco. Al fin y al cabo, ha sido mi única posibilidad de algún tipo de vida sexual en meses, y ha pasado de largo. Pero bueno... casi mejor así. Porque quien no se consuela es porque no quiere. Y yo hago como la zorra de la fábula (ei, sin cachondeo, que el tal Samaniego decidió que fuera una hembra de zorro la protagonista de su fábula), "las uvas están verdes".


LA ZORRA Y LAS UVAS

Es voz común que a más del mediodía,
en ayunas la Zorra iba cazando;
halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.

Causábala mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.

Miró, saltó y anduvo en probaduras,
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la Zorra dijo:
«No las quiero comer. No están maduras».

No por eso te muestres impaciente,
si se te frustra, Fabio, algún intento:
aplica bien el cuento,
y di: No están maduras, frescamente.


Félix María de Samaniego

Actualización de las 0:47: Hay alguien que me lee, pero que por ahora no se anima a comentar mis posts, al menos no por la vía fácil. Si hoy te apetece, estás invitado a hacerlo... Un saludo!!