Lo veo venir...
Desde que sucedió esto no he vuelto a ver a elfilosofo. Alguna que otra conversación por el messenger, algún que otro sms, nada comprometedor, nada fuera de lo normal, nada que me hiciera pensar nada extraño o que me hiciera revivir los miedos de ese día en el que me encontraba taaaan aturdida.
La última vez que hablamos, nos despedimos con la promesa de vernos pronto. Hemos puesto fecha límite, y hemos concretado el plan: sesión de pelis de miedo, en su casa o en la mia.
El plan me gusta. Las pelis de miedo me atraen de una forma extraña: me da pánico verlas, pero es un pánico morboso, como intentar ponerte al límite sabiendo que, en el fondo, todo es mentira y estás segura. Es como montarte en una montaña rusa en la que nunca nunca nunca hay accidentes... pero que no por eso deja de dar mucho miedo.
El plan solo tiene un problema. Y es que las pelis de miedo invitan al contacto físico, a cogerse del brazo, a clavarse las uñas, a taparse los ojos apretando la cara sobre el hombro del otro... Y creo que eso, dada la situación no es tan buena idea.
Me pensaba que el tiempo había despejado mi mente. No es cierto. Solo me había distraido.
¿Y ahora, como salgo yo de esta, eh? ¿Alguien se apunta para sentarse en medio de los dos?